Cuando
decidimos pensar y trabajar en el diseño de un método para desarrollar
proyectos de innovación que garantizase resultados positivos en la cuenta de
resultados de nuestros clientes, hicimos el ejercicio de imaginarnos a la
innovación como un problema de álgebra, en concreto una ecuación con dos incógnitas que
debíamos despejar para obtener el mejor resultado posible. Después de analizar los proyectos en los que
habíamos participado en los más de 20 años de experiencia, tratando de despejar
las dos incógnitas atribuyéndolas valores como:
- Un i+d relevante
- Acceso al conocimiento externo
- Experiencia innovadora
- Medios tecnológicos
- Presupuesto
- Tiempo
- Recursos humanos
- Dirección innovadora
- Actitud innovadora
- Tamaño de la empresa
- Mercado nacional o internacional
- Numero de departamentos implicados
- Capacidad productiva
- …
descubrimos
que, en los proyectos de innovación donde los resultados obtenidos habían
generado mayores beneficios, coincidían con los que habían intervenido un mayor
número de personas y un mayor número de departamentos. Nuevamente, el sentido
común que otorga la experiencia nos reveló que, a mayor número de personas y departamentos implicados en los proyectos mayor impacto
positivo en la cuenta de resultados. De ahí nació Conecta Conocimiento, un
método para innovar de manera transversal y desde la estrategia de nuestro
cliente.
Además,
implantar un proceso para innovar a través del desarrollo de un proyecto es uno de los beneficios más notables que una
empresa obtiene con la metodología Conecta Conocimiento, ya lo dijo Benjamin
Franklin “Dime y lo olvido, enséñame y lo
recuerdo, involúcrame y lo aprendo”.
Conecta
Conocimiento incide muy directamente en la habilidad dinámica que ha de tener
una empresa para generar o adquirir nuevo conocimiento y transformarlo
aplicándolo de forma rentable a nuevos productos y/o servicios y/o procesos
productivos y/o procesos comerciales.
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