14 de junio de 2013

España no saca partido a los beneficios fiscales a la I+D

El año pasado, la financiación de la innovación empresarial en España bajó un 34% respecto al año anterior.

Esa financiación se refiere a las desgravaciones y ventajas fiscales de las que pueden beneficiarse las empresas que innovan (generan nuevos productos o avances tecnológicos basados a su vez en el conocimiento generado a base de investigación y desarrollo, o I+D). Esas ventajas son claves para que florezca una economía basada en el conocimiento y la tecnología, es decir, un sistema parecido al de países como Alemania, que ya diseñan los coches, electrodomésticos o robots que importarán otros países menos innovadores dentro de unos años.

La caída de esa financiación en España es igual a la de Portugal y ambos países quedan muy retrasados respecto a otros países europeos. Los datos vienen de una nueva encuesta realizada entre 4.320 empresas innovadoras de 10 países: Alemania, Bélgica, España, Francia, Hungría, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Checa y Canadá, el único país no europeo que se ha consultado. En todos estos países la financiación de la innovación ha bajado un 22% de media, un dato malo, pero mejor que el registrado en España y Portugal, que se encuentran 'en el ojo del huracán', según Alma Consulting, la consultora que ha realizado el análisis, presentado en Madrid. Si las cosas siguen como hasta ahora, el 45% de las empresas de España y Portugal verán caer la financiación de sus actividades innovadoras, alerta el informe. España no saca tanto partido de los beneficios fiscales de la I+D y la innovación por varias razones, según la encuesta. Esto se debe en parte a la falta de conocimiento (15%), las complejidades burocráticas (17%), que hay actividades no deducibles (28%) o que hay poco interés financiero por desgravar la innovación (21%), según el informe.

LOS PROBLEMAS DE ESPAÑA Y LOS EMPRENDEDORES
El trabajo también resalta los beneficios de innovar. Al menos el 60% de las empresas encuestadas aumentaron su volumen de negocio un 50% o más. Entre ellas, un 25% eran micropymes (compañías con menos de 10 empleados y un volumen de negocios inferior a los dos millones de euros), pymes (52%), grandes empresas (19%) y grandes grupos empresariales (4%). Los avances de la innovación son más acusados para Francia, Polonia, Hungría y Canadá, donde un 70% de las empresas reconocen los beneficios de innovar. En España o República Checa sólo el 30% reconoce un avance en este campo. El 53% del gasto total en I+D provenía de las propias arcas de las empresas, según el informe. En el 47% restante era mayoritaria la contribución de las ayudas públicas (55%), lo que muestra que el sistema, no solo en España, sigue dependiendo mucho de las subvenciones y los préstamos blandos de origen público, unas partidas que en nuestro país se han visto severamente reducidas desde hace cuatro años y especialmente en los dos últimos años.

Las buenas noticias son que España tiene algunos mimbres para poder corregir su retraso. Por ejemplo, la nueva ley de emprendedores presentada el martes por Mariano Rajoy en la Moncloa y que incluye más beneficios fiscales para la I+D, "aliviará la tendencia de caída" registrada en el estudio y las oscuras proyecciones para 2013, señaló Emmanuel Mielvaque, jefe de Alma para España y Portugal. El informe también resalta otros recursos legales para sacar mayor partido a innovaciones (conocido en inglés como patent box), de los que por ahora, sólo 121 empresas españolas se benefician por el momento. Para el Gobierno el avance del gasto en I+D privado es una prioridad. De hecho, los planes son que en 2020 las empresas gasten un 1,2% del PIB en I+D, mientras que ahora los niveles se encuentran en el 0,6%. "Es un objetivo difícil de alcanzar pero soy optimista", ha explicado Mielvaque sobre esos objetivos. "Hay que buscar el afán de volver a invertir y ya lo estamos detectando en algunos sectores y comunidades autónomas como Cataluña, donde las farmacéuticas están gastando [en I+D] más que en años anteriores", señala. "En sectores críticos como la automoción o la construcción también vemos repuntes por lo que quiero pensar que el objetivo de 2020 se puede alcanzar", añade.

Autor:   Nuño Domínguez 

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