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Hoy ni la tecnología ni el conocimiento, en clave de capital humano altamente cualificado, son
del todo suficientes para obtener un posicionamiento de valor en el mercado.
Hoy, además de ambos ejes estratégicos, es necesario dar respuesta a lo que
demandan los usuarios y para ello es necesaria una capacidad determinante para
las empresas, la creatividad como
tercer eje.
La creatividad, el ADN de Tandem, se ha convertido en el eje de
mayor transcendencia de estos tres ejes estratégicos para que las empresas que
pretenden ser relevantes y competitivas en sus respectivos mercados localicen
escenarios donde innovar en productos
con la capacidad de incluso generar nuevos servicios.
Richard
Florida, experto estadounidense en crecimiento económico,
decía:
"Considero
que la creatividad — la creación de
formas nuevas y útiles a partir del conocimiento — es el motor… El conocimiento
y la información son las herramientas y el material de la creatividad. La innovación, ya sea en forma de un
artefacto tecnológico nuevo o de un método o modelo de negocio, es su producto".
Si compartimos lo
anteriormente dicho y entendiendo que todos y cada uno de los procesos creativos que se despliegan en
una empresa persiguen un objetivo estratégico, como por ejemplo despejar la
incógnita de la ecuación para encontrar el producto/servicio que satisfaga las
necesidades de los usuarios/clientes, deberíamos ser conscientes de que todos
los procesos creativos han de estar
alineados con la estrategia de la
compañía. Obviar esto dará como resultado, entre otras cosas, la pérdida de
tiempo y por lo tanto también de dinero y, muy frecuentemente, la aparición de
la frustración en los equipos de trabajo, una problemática de difícil solución.
La creatividad estratégica es el eje en el
que quisimos centrar y desarrollar nuestros servicios profesionales con la finalidad de colaborar con nuestros
clientes generando y/o transformando ideas
en productos. Además, fruto de
esta relación pueden incluso articularse nuevos servicios para incrementar su competitividad y el valor por el que tanto sus usuarios y
como el resto de actores que interactúan con el producto perciben.
Los proyectos en los
que la dirección entiende el potencial que conlleva la creatividad estratégica los denominamos "Ideas&Concepts",
los cuales, aparte de identificar hipótesis de trabajo que nos permitan
construir nuevas oportunidades de
negocio en forma de productos
innovadores también posibilitan:
- Entender de otro modo qué es lo que realmente nos demandan los usuarios.
- Identificar las claves para reformular el diseño de los productos.
- Desarrollar nuevas tecnologías que permitan abaratar costes y crear nuevos productos.
- Descubrir nuevos nichos.
- Llegar a nuevos mercados.
- Y lo que más nos enorgullece, encontrar nuevas formas de cooperación con empresas para el desarrollo de proyectos de innovación colaborativa.
En realidad y aunque
a priori se pueda considerar que la creatividad
estratégica es algo que ya por concepto resulta complejo de trabajar, es
más natural de lo que parece. Si la dirección estratégica es clara y la
alineación del equipo de trabajo y su motivación están en simbiosis, la
creatividad surgirá de manera natural. Obtener frutos de ella es cuestión de trabajo constante, metódico y gestionable.
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